La Catedral de Albacete se convirtió en el escenario de una emotiva celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo, presidida por el obispo Ángel Román. El templo, decorado y repleto de fieles, destacó la participación de numerosos niños que este año hicieron su Primera Comunión, quienes lucieron sus tradicionales trajes. Tras la Eucaristía, se llevó a cabo una multitudinaria procesión que recorrió diversas calles de la ciudad, con la Hermandad y Cofradía de San Juan Evangelista portando la Custodia, una tradición que se ha mantenido por más de cuarenta años.
La procesión atrajo a una significativa asistencia, incluyendo a representantes del Ayuntamiento y miembros de diferentes cofradías y asociaciones religiosas. Al final del recorrido, el obispo impartió la bendición con el Santísimo Sacramento, concluyendo así una celebración que, además de su carácter religioso, simboliza la unión y la caridad, valores fundamentales en la fe cristiana, especialmente en la festividad del Corpus. Las festividades eucarísticas, en conexión con el Jueves Santo, ponen énfasis en los mandamientos de amor y caridad que Jesús transmitió a sus seguidores.
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