La jornada del 29 de mayo en la Feria de San Isidro dejó una notable impresión en la Monumental de Las Ventas, donde la corrida de toros de El Torero, compuesta por cinco añojos, atrajo a un público que llenó la plaza. Si bien la presencia de algunos toros fue desigual, el quinto se destacó por su bravura y el sexto por su encaste. Diego Urdiales y Andrés Roca Rey se enfrentaron a un difícil lote, pero fue el peruano quien logró conectar con el público, cosechando la única oreja del día, después de una faena que mostraría su capacidad para reponerse ante un toro que decaía. Aunque Urdiales se llevó los silencios tras sus actuaciones, Rafael Serna, quien confirmaba su alternativa, también alcanzó el reconocimiento del público al cortar una oreja, cerrando una jornada llena de contrastes.
El ambiente en la plaza estuvo marcado por una mezcla de expectación y desconcierto. El público, que había empezado a desconectarse, recobró su atención con la destacada actuación de Roca Rey, justo cuando se generó una controversia debido a la negativa del presidente de la corrida de conceder una oreja a Morante el día anterior. La tarde avanzó entre momentos de tedio y epifanías, culminando en una ovación generalizada cuando Roca Rey y Serna lograron cerrar la jornada con triunfos personales, logrando una notable conexión con el público tras un inicio sombrío y apagado. La feria, que había comenzado con una siesta colectiva, resurgió con la energía de los toreros, recordando la magia del toreo en el corazón de Madrid.
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