En España, la cerveza ha sido tradicionalmente un pilar en la cultura de los bares, pero recientes estudios indican un giro hacia opciones más saludables. Según datos de Cerveceros de España, en 2024 se registró una reducción del 3,7% en el consumo de cerveza, alineada con una tendencia global que también afecta al vino, aunque en el ámbito nacional este último creció un 2,5%. A pesar de estas cifras, muchos hosteleros no perciben un descenso en la venta de cervezas, destacando que no ha habido cambios significativos en las preferencias de los consumidores.
Las transformaciones en la sociedad parecen influir en los hábitos, evidenciadas por el auge de dietas más sanas y la creciente visibilidad de figuras públicas abstemias. La demanda de cerveza sin alcohol también está en aumento, con un 90% de sus consumidores como ex bebedores de cerveza tradicional. Este cambio ha beneficiado a cafeterías y otros establecimientos, donde el consumo en horas de desayuno ha visto un repunte. En conjunto, estos datos reflejan un mercado en evolución, donde los bares no solo sirven como puntos de encuentro social, sino también como indicadores de las cambiantes preferencias del público.
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