En el corazón de Albacete se levanta el Palacio de la Diputación Provincial, un emblemático edificio cuya historia se remonta a finales del siglo XIX. Construido entre 1878 y 1880 a instancias del rey Alfonso XII, el palacio ha sido testigo de la evolución de la Diputación y, a medida que las necesidades institucionales crecieron, el edificio ha experimentado diversas ampliaciones para albergar sus múltiples áreas y servicios. La guía turística Amelia González destaca la importancia del arquitecto Justo Millán, quien también dejó su huella en otras obras significativas de la región y más allá, uniendo su legado al imponente diseño del palacio.
Con una planta rectangular y un interior adornado con elementos de hierro fundido, el Palacio de la Diputación Provincial combina historia y modernidad. La impresionante fachada, que muestra escudos de varios municipios de la provincia, y el distintivo jardín del exterior son solo algunos de los detalles que lo hacen destacar. Sin embargo, el palacio no solo es un símbolo arquitectónico, sino también un espacio que alberga la actividad política y administrativa de Albacete, convirtiéndose en un punto de referencia esencial para los municipios y sus habitantes. El parque que lo rodea y la reja histórica que sufrió daños durante la Guerra Civil son recordatorios de su rica y compleja historia.
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