A casi cinco años de la llegada de la pandemia de COVID-19, el Hospital General Universitario de Albacete continúa realizando investigaciones para comprender mejor la enfermedad y su relación con la vacunación. En un estudio reciente liderado por el doctor Tomás Segura, jefe del Servicio de Neurología, se identificó un aumento en los marcadores de disfunción endotelial tras la administración de la tercera dosis de la vacuna, lo que podría implicar un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares. Este análisis se realizó a partir de muestras de sangre de 38 profesionales sanitarios que se vacunan voluntariamente, recolectadas en diferentes momentos antes y después de la vacunación.
El trabajo del equipo del Hospital de Albacete no solo revela la importancia de las inmunoglobulinas en la respuesta a la vacuna, sino que también invita a un cuestionamiento sobre la estrategia de vacunación masiva implementada durante la pandemia. Segura destaca la necesidad de una vacunación más individualizada, en lugar de una política generalizada que no considere factores como la edad, historial de enfermedad o inmunidad natural adquirida. Con estas conclusiones, los investigadores apuntan a la relevancia de personalizar el enfoque de vacunación para evitar efectos adversos innecesarios, especialmente en poblaciones específicas.
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