Las conversaciones informales en el Congreso han hecho eco esta semana del pesimismo que rodea los esfuerzos del Gobierno del PSOE para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2025. A más de un año de haber desechado el presupuesto de 2024, las dificultades para lograr un consenso, especialmente con el incremento del gasto en Defensa que exige la UE, han llevado a altos cargos a reconocer que las posibilidades de éxito son escasas. A pesar de que Pedro Sánchez y su gabinete han manifestado su intención de seguir negociando, el rechazo de partidos clave como Junts, ERC y Podemos a aumentar el gasto militar complica aún más la situación, obligando al Ejecutivo a prorrogar nuevamente los Presupuestos de 2023.
La presión del aumento del gasto en Defensa, estimado en alrededor de 25.000 millones de euros en los próximos cuatro años, ha creado una fractura dentro del Gobierno, dejando al PSOE sin los apoyos necesarios para avanzar en sus planes. Aunque los socios de Gobierno han expresado su firme oposición, especialmente en todo lo relacionado con el gasto militar, el panorama se vuelve más incierto, y la posibilidad de que Sánchez renuncie a los nuevos Presupuestos para enfocarse en el de 2026 podría estar cada vez más cerca. Con críticas desde la oposición, el Partido Popular ha recordado los precedentes de otros países que han enfrentado la falta de Presupuestos, instando a Sánchez a considerar la convocatoria de elecciones ante esta crisis presupuestaria.
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