El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania ha confirmado la muerte de al menos 26 personas tras un devastador ataque ruso en Ternópil, al oeste del país. Este ataque, que ocurrió durante la noche del miércoles, forma parte de una ofensiva rusa más amplia que también afectó a regiones como Ivano-Frankivsk y Leópolis. Moscú ha justificado estas acciones como respuesta a un ataque ucraniano previo en Vorónezh, utilizando misiles estadounidenses, según afirmaciones rusas. Las labores de rescate en Ternópil han sido desafiantes, con equipos que trabajan entre los peligrosos escombros y estructuras dañadas por drones rusos. El ministro del Interior, Igor Klimenko, detalló que entre las víctimas hay tres menores de edad, y se identificaron 93 heridos en el lugar.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agradeció los esfuerzos de más de 230 socorristas que trabajan incansablemente en la zona. Destacó el compromiso de los equipos de rescate, esenciales en momentos de crisis, y cifró en 22 el número de personas que podrían seguir atrapadas bajo los restos. A pesar de los esfuerzos, Klimenko informó que muchos fallecimientos ocurrieron por los incendios desatados tras los ataques, describiendo escenas de terror en las que personas saltaron por las ventanas para escapar del fuego. Durante la pasada noche, nuevos ataques rusos afectaron otras zonas como Dnipropetrovsk y Járkov, con las fuerzas ucranianas reportando la interceptación de 106 de los 136 drones hostiles detectados.
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