El sepulcro de Santa Teresa de Jesús ha sido abierto para su veneración pública en Alba de Tormes, un hecho inédito en la historia reciente, marcado por un acto simbólico que tuvo lugar el domingo bajo la presidencia del obispo de Salamanca y otras autoridades. Este evento permite a los peregrinos venerar los restos de la santa reformadora, que permanecen en la basílica de la Anunciación, protegidos por una lama de vidrio transparente; los restos conservan el aspecto de la última apertura en 1914, realizada de manera privada con la autorización del papa Pío X. Esta es la primera vez desde su fallecimiento en 1582 que se permite tal veneración pública.
Durante catorce días, los visitantes podrán acercarse a la figura de Santa Teresa, un testimonio de su vida y legado. El prior de los Carmelitas Descalzos, Miguel Ángel González, ha instado a contemplar la figura de la santa más allá de la imagen visual, sugiriendo que su verdadera esencia se halla en la riqueza de sus escritos y el impacto de su vida como mujer, santa y doctora de la Iglesia. La ceremonia comenzó a las nueve de la mañana, culminando con el tañido de campanas que dio inicio oficial a la veneración, un momento que une a los fieles en la devoción hacia esta figura fundamental del cristianismo.
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