El Gobierno danés ha expresado su acuerdo con Estados Unidos sobre la necesidad de buscar nuevas soluciones para Groenlandia, especialmente en el contexto de la creciente tensión internacional tras la guerra en Ucrania. El ministro de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, ha señalado que aunque el acuerdo de 1951 permite cierto margen de maniobra, la situación actual requiere un replanteamiento. Este llamado a la renegociación surge tras las recientes declaraciones del vicepresidente estadounidense JD Vance, quien sugirió que Estados Unidos debería negociar la adhesión del territorio una vez que se independice de Dinamarca.
La isla, que es un territorio autónomo danés, ha sido históricamente objeto de interés estadounidense, especialmente durante la administración Trump. A raíz de la visita de Vance a Groenlandia, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, así como Rasmussen, han criticado el tono de las afirmaciones del vicepresidente, subrayando que la relación entre aliados debería ser distinta. Ambos funcionarios han destacado la importancia de mantener el Ártico como una zona de baja tensión y han señalado que Groenlandia es parte de la OTAN, lo que asegura su protección bajo las garantías de la Alianza Atlántica.
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