El mercado hipotecario en España ha experimentado un notable repunte, alcanzando cifras récord en el primer semestre del año. Con 243.257 nuevas operaciones, esta cifra representa un máximo no visto desde 2011. Este fenómeno ha sido impulsado por una estrategia bancaria renovada que busca ganar clientes mediante préstamos a largo plazo, complementados con otros productos financieros. La bajada de los tipos de interés por parte del BCE y un euríbor más bajo han favorecido la guerra de ofertas competitivas entre las entidades financieras, lo que ha resultado en condiciones de financiación más asumibles, situando el interés promedio entre el 2,6% y el 1,65%.
CaixaBank lidera esta renovación, con un incremento del 46% en la producción de crédito hipotecario en comparación con el año anterior. Sin embargo, este auge podría ser temporal, según el presidente de la entidad, Gonzalo Gortázar. A pesar del ambiente favorable, el acceso a estas hipotecas competitivas sigue reservado para perfiles con una alta estabilidad financiera. Mientras las familias con hipotecas variables disfrutan de un alivio en sus cuotas mensuales, gracias a la caída del euríbor, surge una interrogante sobre cuánto tiempo durará esta competencia feroz y las condiciones favorables antes de que el mercado se estabilice. A pesar de las oportunidades, las barreras económicas, como la falta de ahorros y los precios elevados, siguen limitando el acceso de muchos al mercado inmobiliario.
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