En una reunión celebrada en París con casi una treintena de líderes aliados, el presidente francés Emmanuel Macron anunció el envío inminente de una misión franco-británica a Ucrania destinada a entrenar al «Ejército ucraniano del mañana». Durante su intervención, Macron subrayó la importancia de «defender la paz a través de la fuerza» y describió el momento actual como un «punto de inflexión» en las negociaciones entre Ucrania y Rusia. Afirmó, además, que sería fundamental el establecimiento de «fuerzas de garantía» en Ucrania que, aunque no reemplazarían al Ejército ucraniano, servirían como apoyo a largo plazo frente a posibles agresiones rusas. En este sentido, el presidente francés criticó la falta de respuesta de Rusia ante el alto el fuego propuesto por Ucrania y reafirmó la necesidad de mantener las sanciones económicas contra Moscú.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski instó a sus aliados a establecer un «plan claro» para el despliegue de tropas europeas y a definir con prontitud las respuestas ante la creciente agresión rusa. Reiteró que las sanciones a Rusia deben mantenerse mientras persista la ocupación y destacó la urgencia de desarrollar una «hoja de ruta» conjunta para fortalecer la defensa ucraniana. Zelenski advirtió que la guerra sigue adelante porque Rusia desea intensificar su ataque y cuestionó la veracidad de las recientes gestiones de paz rusas. En este contexto, insistió en la necesidad de decisiones operativas que fortalezcan al Ejército ucraniano como parte de un futuro sistema de seguridad más robusto.
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