Un apagón generalizado afectó a toda España el lunes 28 de abril, dejando a Albacete y otras localidades a oscuras desde las 12:32 horas. Este corte de suministro eléctrico generó una serie de emergencias, especialmente entre los farmacéuticos de la región, quienes enfrentaron el caos al no poder acceder a historiales de pacientes ni procesar pagos. Además, debieron lidiar con la necesidad de mantener la cadena de frío para medicamentos esenciales, planteando serios riesgos para la salud pública. A pesar de las dificultades, muchas farmacias permanecieron abiertas, dispuestas a ofrecer servicios a la comunidad.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Albacete, Pablo Silvestre, aseguró que, aunque la situación fue complicada, la incidencia de problemas fue relativamente baja. Las farmacias, dotadas de equipos especializados para conservar medicamentos en frío, realizaron revisiones para garantizar la calidad de los productos. Entre las preocupaciones destacadas estaba la insulina, para la que se recomendó a los pacientes revisar las dosis existentes y consultar con los farmacéuticos ante cualquier duda. Sin embargo, las farmacias comenzaron a regresar a la normalidad el día siguiente, atendiendo a sus clientes con dedicación.
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