El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, ha evitado pronunciarse sobre las exenciones arancelarias que Estados Unidos ha implementado recientemente en productos electrónicos, mientras extiende una mano hacia China para resolver la guerra comercial. Navarro condicionó cualquier progreso en las negociaciones a que el gobierno chino fomente su consumo interno y modifique su postura, a la que calificó de «depredadora». En una entrevista con NBC, destacó que cualquier futura medida estará sujeta a los resultados de una investigación liderada por el secretario de Comercio, Howard Luttnick, sobre las cadenas de suministro de estos productos.
Durante la charla, Navarro defendió vigorosamente la política comercial del presidente Donald Trump frente a las críticas sobre su falta de coherencia. Argumentó que la estrategia busca equilibrar las desigualdades comerciales a través de aranceles y destacó los retos que representan las barreras no arancelarias. Aunque no confirmó si hay contactos en curso con Pekín, subrayó que el presidente Trump mantiene una buena relación con su homólogo chino, Xi Jinping. Navarro reiteró la necesidad de que China cambie su enfoque económico y puso de relieve las acciones desfavorables que, según él, el país ha llevado a cabo, como el tráfico de la droga fentanilo y ataques cibernéticos, que han perjudicado a Estados Unidos.
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