Toledo se convirtió en un hervidero de actividad y color durante la celebración de su tradicional Corpus Christi, un evento declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional. A pesar de las altas temperaturas, miles de asistentes se reunieron para disfrutar de la procesión protagonizada por la emblemática Custodia de Arfe. El ambiente festivo se reforzó con música, discursos y una ciudad engalanada, donde los participantes expresaron su entusiasmo por las exhibiciones de color. Sin embargo, el calor también tuvo sus consecuencias, con un total de cinco asistencias médicas reportadas por Cruz Roja, principalmente por lipotimias y una caída.
Desde las primeras horas del día, las festividades comenzaron con un disparo de bombas reales y un desfile de gigantones y cabezudos. Tras una misa en rito hispano-mozárabe, la Custodia emergió por la Puerta Llana de la Catedral, recibiendo aplausos mientras avanzaba entre calles adornadas con flores aromáticas. Los asistentes, incluidos niños que realizaron su Primera Comunión y diversas autoridades, siguieron la comitiva hacia la Plaza Mayor, donde se realizó el tradicional cierre militar. En un esfuerzo por mitigar los efectos del calor, el Ayuntamiento estableció varios puntos de distribución de agua, agotando rápidamente las 10,000 botellas ofrecidas.
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