El general retirado Keith Kellogg, enviado especial de la Casa Blanca para Ucrania, ha manifestado su apoyo a la idea de una «fuerza aliada» en el país, que no incluiría a tropas estadounidenses, destinada a respaldar la soberanía ucraniana en un futuro posguerra con Rusia. En una entrevista con el diario británico The Times, Kellogg propuso que esta fuerza, liderada por un contingente franco-británico, se desplegara al oeste del río Dniéper, indicando que tal medida no sería provocativa para Moscú, dado el tamaño del territorio ucraniano que facilitaría un alto el fuego supervisado.
Además, Kellogg sugirió la creación de una zona desmilitarizada en la que ambos bandos se retirarían 15 kilómetros de sus posiciones actuales, aunque reconoció que siempre podrían existir violaciones del alto el fuego. Mirando hacia el futuro, el exgeneral subrayó la importancia de celebrar elecciones en Ucrania, ya que ha pasado casi un año desde que debieron llevarse a cabo. Si bien confía en la disposición del presidente Volodimir Zelenski para realizar estos comicios, enfatizó que esta es una demanda del parlamento ucraniano y del pueblo, no de Estados Unidos.
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