A partir del 1 de junio, los ríos de la provincia de Albacete abren su temporada de pesca del cangrejo rojo, también conocido como cangrejo de las marismas, una especie invasora que ha generado preocupación por su impacto en las especies autóctonas. Esta actividad, que se extenderá hasta el 31 de diciembre, se realiza con métodos como las lamparillas, que atraen a estos crustáceos. Los pescadores pueden usar hasta diez de estos dispositivos, asegurándose de cumplir con la normativa que incluye la obtención de una licencia de pesca anual, que tiene un coste de 8,88 euros.

La captura de cangrejos rojos tiene un propósito más allá del disfrute gastronómico, ya que contribuye al control de la población de esta especie introducida, favoreciendo así la conservación de la biodiversidad. Originalmente, la llegada del cangrejo rojo a España se remonta al siglo XVI, cuando Felipe II decidió poblar los estanques reales con especies exóticas, un hecho que ha sido documentado recientemente. A pesar de su naturaleza invasora, el cangrejo rojo se ha integrado en la cultura local, generando tanto interés en la pesca recreativa como en la gastronomía, y sigue siendo un tema de estudio en el ámbito de la biología y la conservación.

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