El último barómetro del CIS catalán ha dejado a Carles Puigdemont en una posición complicada. Según el sondeo, el PSC se afianza como la primera fuerza en Cataluña, consolidándose tras la reciente investidura de Salvador Illa. Además, la nueva formación nacionalista de extrema derecha, Aliança Catalana, ha visto un significativo crecimiento, pasando de dos a entre ocho y diez escaños, lo que la convierte en un rival directo para Junts. Esta tendencia es alarmante para Puigdemont, cuyo partido podría reducir su representación de los 35 escaños actuales a entre 27 y 29, mientras que un 10% de sus potenciales votantes se muestra dispuesto a cambiar su apoyo hacia Aliança.
El ascenso de Aliança Catalana, dirigida por Silvia Orriols, ha puesto en alerta a Junts, que ha intensificado su discurso sobre migración y seguridad en un intento por recuperar el terreno perdido. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, incluido un pacto con el PSOE que ha sido criticado por la izquierda como xenófobo, no logran detener el avance de la extrema derecha secesionista. Con el PSC en camino a aumentar su representación y ni ERC ni la CUP dispuestas a formar una coalición que incluya elementos extremistas, Junts enfrenta el riesgo de una larga temporada en la oposición si la tendencia actual continúa.
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