La realidad económica actual en España enfrenta un desafío crítico: la falta de relevo generacional en las empresas familiares, lo que amenaza la continuidad de miles de negocios. Estimaciones recientes indican que más de 70,000 pequeñas y medianas empresas (pymes) cerraron el año pasado, perjudicando sectores vitales como el comercio minorista, la hostelería, el transporte y la agricultura. Los expertos advierten que hasta un 60% de estos negocios podrían enfrentar el mismo destino en los años venideros, impulsados por altos costes operativos y una presión fiscal creciente que desmotiva a las nuevas generaciones.
Este fenómeno se atribuye en gran medida al envejecimiento de los actuales empresarios, muchos de los cuales no han planificado su sucesión. La generación del «baby boom» se encuentra al borde de la jubilación, mientras que los jóvenes rechazan asumir la gestión de sus familias comerciales. Buscando calidad de vida y un equilibrio entre trabajo y actividades personales, prefieren evitar el estrés y el sacrificio que conlleva dirigir un negocio. Sectores como el comercio minorista, que alberga más de 738,000 establecimientos, y la hostelería, con un 30% de sus negocios en riesgo, enfrentan la desaparición de su tejido productivo si no se implementan soluciones urgentes para fomentar el interés de los jóvenes en el emprendimiento.
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