El Último Despliegue: Reflexiones sobre el Final del Calendario


El Mundial de Clubes da inicio este fin de semana, en medio de un clima crítico en el fútbol global. Con el recuerdo fresco del Balón de Oro Rodri, que se lastimó la rodilla tras advertir sobre la saturación del calendario, el torneo busca medir la resistencia de los jugadores al incorporar a 32 equipos de distintos continentes, con el objetivo de coronar un campeón el próximo 13 de julio en el Estadio MetLife de Nueva York. El formato atrae la atención, pero el evento también revela tensiones fuera del campo, destacando el papel de Estados Unidos como anfitrión en un contexto político agitado por las protestas contra la política de inmigración de Donald Trump.

La competición tiene un atractivo particular, aunque se siente la ausencia de destacados campeones de las ligas europeas, como el Barcelona, Liverpool y Nápoles, que inexplicablemente no participarán. Esta situación ha generado controversia en torno a las reglas de inscripción y las transferencias de última hora, que han dado ventajas a los equipos que sí compiten. En la fase de grupos, los representantes de la UEFA, liderados por el PSG, son vistos como favoritos. Sin embargo, la experiencia histórica del Real Madrid en torneos cortos agrega intriga a una competición que promete ser emocionante, a pesar de sus desafíos logísticos y el impacto del entorno sociopolítico en el país anfitrión.

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