Un tribunal en Seúl ha ordenado la detención del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, quien fue destituido temporalmente tras su declaración de ley marcial el 3 de diciembre. La medida se produce a raíz de una solicitud de la Oficina de Investigación de Corrupción para Funcionarios de Alto Rango, en conjunto con la policía y el Ministerio de Defensa, que acusa al mandatario de insurrección y abuso de poder. Yoon había desestimado tres citaciones para explicar su controversial decreto, lo que llevó al tribunal a autorizar no solo su detención, sino también un registro en la residencia presidencial en Yongsan.
La corte ha rechazado los argumentos de la defensa de Yoon, que alegaba que el CIO no tenía jurisdicción sobre el caso y argumentaba preocupaciones de seguridad personal para excusar su ausencia en los interrogatorios. La situación se complica aún más después de que Yoon fuera destituido mediante una moción aprobada por la Asamblea Nacional el pasado viernes. Ahora, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur deberá decidir antes de junio si Yoon recupera sus funciones o si queda inhabilitado de forma permanente.
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