Entre el Silencio y la Caló: Reflexiones sobre el Calor del Verano


En la vigésima primera jornada de la feria de toros en Madrid, la corrida de la ganadería El Parralejo generó más decepción que emoción entre los aficionados. Con un lleno absoluto en la Plaza de Las Ventas y una tarde marcada por el calor sofocante y un ventoso ambiente, los toreros Miguel Ángel Perera, Fernando Adrián y Tomás Rufo no lograron conectar con un ganado que, en su mayoría, mostró escaso espíritu y dificultades para embestir. El lote se caracterizó por toros flojos que no ofrecieron la calidad esperada, salvo el sexto, que permitió a Rufo brillar con una faena más completa, aunque no suficiente para conseguir un triunfo concreto.

El clima festivo de la fecha se vio ensombrecido al recordar la icónica “corrida del siglo” de hace 43 años, que sirvió como un contraste evidente con la falta de resultados positivos en la presente cita. Los toreros enfrentaron un silencio abrumador, considerado el peor desafío para cualquier artista en el ruedo. La mayor ovación de la tarde se dirigió a Fernando Adrián, quien, a pesar de sus esfuerzos con un toro complicado, no pudo concretar el ansiado corte de oreja. La actuación de Gestor, el último toro, fue la única chispa de emoción en una tarde predominantemente marcada por las sombras del desencanto.

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