El volcán Etna, el más activo de Europa y ubicado en Sicilia, ha reanudado su actividad eruptiva con explosiones significativas, lanzando una columna de humo que alcanza más de 5.000 metros de altura y generando flujos de material piroclástico en su ladera sureste. Las autoridades locales han implementado medidas de monitoreo a través del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), que ha confirmado la presencia de lava y gases a nivel del suelo. Aunque la erupción ha producido un incremento en los temblores, se ha informado que no representa un peligro inmediato para la población, dado que el material volcánico no ha superado el Valle del León, un área conocida para excursionistas.
A pesar de la confirmación de que la actividad volcánica no ha amenazado a las comunidades cercanas, el presidente de Sicilia, Renato Schifani, ha recomendado precaución, particularmente para los excursionistas que se aproximan a la cima del Etna. La Protección Civil ha advertido sobre la «máxima preocupación» y ha aconsejado evitar la zona de erupción hasta nuevo aviso, considerando la posible evolución del fenómeno. El aeropuerto de Catania, ubicado cerca de la erupción, continúa operando con normalidad, asegurando que la situación, aunque monitoreada de cerca, no interfiere significativamente con la vida cotidiana de los residentes en la región.
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