En la reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, los líderes de los 32 países miembros, incluida España, han reafirmado su «compromiso inquebrantable con la defensa colectiva». Durante la reunión, se estableció un ambicioso objetivo: cada miembro deberá invertir un 5% de su PIB en defensa para el año 2035. Este compromiso incluye la obligación de presentar planes anuales que evidencien un progreso real hacia el cumplimiento de esta meta, en un contexto global que enfrenta «profundas amenazas y desafíos a la seguridad».

La declaración final de la cumbre subraya en particular la preocupación por la amenaza a largo plazo que representa Rusia para la seguridad euroatlántica, así como la persistente amenaza del terrorismo. Los jefes de Estado y de Gobierno reconocen la necesidad de fortalecer la defensa colectiva ante estas realidades, sin especificar excepciones para países como España. Este enfoque refuerza la determinación de la OTAN de responder de manera efectiva a las dinámicas geopolíticas actuales.

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