Louisville volvió a ser el epicentro de la extravagancia en el mundo ecuestre con la celebración del Derby de Kentucky. Este evento, conocido no solo por sus emocionantes carreras de caballos y el tradicional julepe de menta, se ha convertido en una pasarela donde los asistentes exhiben atuendos que desafían la imaginación. Los sombreros, que varían desde estructuras florales hasta creaciones con plumas y lentejuelas, transforman las gradas del hipódromo Churchill Downs en un desfile de moda sin paralelo.
El Derby destaca por su código de vestimenta no escrito: cuanto más grande y llamativo, mejor. Esta edición reafirma la singular capacidad de Kentucky para fusionar tradición y creatividad, estableciendo un tono festivo que resalta el buen humor de los asistentes. Aunque eventos como el de Ascot también son conocidos por su elegancia, el Derby de Kentucky se mantiene como una celebración inigualable del estilo y la diversión en el ámbito ecuestre.
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