En un ambiente festivo en Cambados, durante la LXXIII Fiesta del Albariño, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, transmitió un mensaje de unidad y serenidad política. En su discurso, Feijóo abogó por una Galicia y una España «alegre y abierta», instando a dejar atrás la crispación. Destacó la posibilidad de un clima político diferente, basado en el respeto y el trabajo serio, sin mencionar directamente al actual gobierno. Aprovechó su papel como Gran Mestre del evento para subrayar la importancia de tender puentes en lugar de alimentar divisiones, y expresó su visión de abordar retos significativos como el impulso del turismo interior y la economía, siempre preservando el alma del país.
Más allá de la política, Feijóo aludió a preocupaciones económicas del sector vinícola, coincidiendo con la inquietud de Isidro Serantes sobre temas como la política arancelaria de Estados Unidos y las regulaciones de alcoholemia al volante. Con humor, comparó la gestión presupuestaria del evento con la administración pública, sugiriendo hacer referéndums sobre maridajes de vino en lugar de temas complejos. Además, se refirió a la controversia reciente en redes sobre su comentario de que «las vacaciones están sobrevaloradas», respondiendo con un tono desenfadado: «Tómate un albariño y descansa». En su intervención, Feijóo subrayó la importancia del esfuerzo continuo y la paciencia, comparando el cuidado de un buen vino con el trabajo en la vida pública y la política.
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