El primer ministro francés, Michel Barnier, ha activado este lunes el artículo 49.3 de la Constitución para avanzar en su ley de presupuestos para la Seguridad Social, ante el rechazo de la Asamblea Nacional. Esta maniobra deja en el aire la continuidad de su Gobierno, ya que todos los partidos de oposición, desde la izquierda hasta la ultraderecha, han anunciado su intención de presentar una moción de censura. En medio de un clima político tenso, Barnier defendió su propuesta y apeló al sentido de responsabilidad de los otros partidos, enfatizando que la estabilidad del país debería estar por encima de los intereses particulares.
Las críticas hacia el Gobierno no se hicieron esperar, destacando las declaraciones de la diputada Mathilde Panot, quien calificó la situación de «caos político» y recordó que en una democracia no deberían gobernar quienes han perdido las elecciones. Por su parte, Jordan Bardella, líder de la Agrupación Nacional, respaldó la moción de censura al considerar que el Ejecutivo actual es un legado del «macronismo». Con el respaldo inminente de la oposición, el futuro de Barnier queda en una situación precaria, donde cualquier cambio podría obligar al presidente Emmanuel Macron a buscar un nuevo primer ministro, en un contexto marcado por la polarización política.
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