La controversia en torno a Frank Cuesta ha escalado a niveles inesperados tras una serie de declaraciones impactantes. En un vídeo inicial, el youtuber español afirmó que todo su estilo de vida había sido una farsa, negando haber padecido cáncer, ser veterinario o haber participado en el rescate de animales. Pocos días después de que se filtraran audios en los que admitía haber envenenado animales, Cuesta se retractó, indicando que sus afirmaciones originales formaban parte de un «guion» diseñado para apaciguar el acoso al que se había sometido, generando confusión entre sus seguidores y detractores.
A medida que los acontecimientos se desarrollaban, Cuesta se encontraba en libertad bajo fianza debido a la acusación de posesión ilegal de especies protegidas en Tailandia. Tras la defensa expresada por su hijo, el naturalista volvió a publicar un vídeo, esta vez asegurando que había sido manipulado para ofrecer una disculpa, bajo presión por el hostigamiento que estaba sufriendo. La situación ha atraído la atención mediática y ha dejado a muchos cuestionándose la veracidad de sus declaraciones y la naturaleza de su vida pública, en medio de un torbellino de acusaciones y autocríticas.
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