El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha hecho un llamado urgente a la ONU y a naciones árabes e islámicas para que implementen un plan de emergencia que proteja a los cientos de miles de civiles palestinos desplazados debido a los ataques israelíes en Gaza. En un contexto de intensas condiciones climáticas, Hamás ha enfatizado la necesidad de acción humanitaria, señalando que la muerte de varios bebés en los últimos días refleja la gravedad de la situación. La organización exige que se satisfagan las necesidades más básicas de los desplazados, al tiempo que pide un alto al fuego y el fin de lo que consideran «genocidio y limpieza étnica».
Las autoridades de Gaza han informado sobre un incremento en las víctimas, alcanzando hasta 45,541 muertos y 108,300 heridos como consecuencia de la ofensiva israelí que comenzó tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Ante la llegada del invierno y la falta de refugio adecuado, especialmente para aquellos que habitan en precarias tiendas de campaña, se teme que el número de fallecidos continúe aumentando. El Gobierno gazatí ha denunciado las condiciones inhumanas a las que se enfrenta su pueblo, exacerbadas por la destrucción de hogares y la escasez de recursos médicos debido a los bombardeos.
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