Irán ha intensificado su respuesta militar contra Israel, lanzando aproximadamente 200 misiles en una operación denominada ‘Verdadera Promesa III’. Este ataque es una represalia por los recientes bombardeos israelíes que incluyeron el ataque a instalaciones nucleares, como la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo. La Guardia Revolucionaria confirmó que la operación fue dirigida a «decenas de objetivos» en territorio israelí, destacando la creciente tensión entre ambos países. En respuesta, el Ejército israelí recomendó a la población buscar refugio, aunque posteriormente levantó esta advertencia tras cesar los lanzamientos iraníes.

Mientras las explosiones resonaban en Tel Aviv y Jerusalén, el portavoz militar israelí informó sobre la eliminación de altos mandos iraníes y científicos nucleares en los bombardeos previos, lo que ha elevado el nivel de alarma en la región. Aunque la mayoría de los cohetes lanzados por Irán fueron interceptados, se reportaron daños en varios edificios y cinco personas heridas, una de ellas en estado grave. Este conflicto marca una escalada significativa en la hostilidad entre ambos países, con potenciales implicaciones para la seguridad regional.

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