Al menos 30 personas resultaron heridas tras un terremoto de magnitud 7,5 que sacudió las prefecturas japonesas de Hokkaido y Aomori este lunes. El movimiento telúrico también provocó un incendio en una vivienda, mientras que la población fue alertada de un posible tsunami, aviso que fue levantado el martes por la Agencia Meteorológica de Japón (AMJ). Sin embargo, la alerta por nuevos y fuertes sismos sigue presente. La agencia comunicó que, aunque la probabilidad es baja, existe un riesgo más alto de lo habitual de otro gran terremoto y un posible tsunami devastador. Este sismo se registró a unos 50 kilómetros de profundidad y se sintió con una intensidad fuerte en las regiones afectadas.
La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, hizo un llamado a la población para mantenerse alerta y tomar medidas de precaución, enfatizando la responsabilidad personal en la protección ante desastres. En declaraciones a la prensa, Takaichi actualizó sobre el estado de los heridos y destacó el trabajo continuo para evaluar los daños causados por el seísmo. La cadena de televisión NHK informó sobre sus comentarios, subrayando la importancia de estar preparados a pesar de que la posibilidad de otro temblor significativo sea baja, estimada en una entre cien según ejemplos globales previos.
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