El inicio de la temporada de caza ha encendido el foco sobre la necesidad de un control más riguroso de ciertas especies que han proliferado en exceso, indicó el viceconsejero de Medio Ambiente, José Almodóvar, en una reciente declaración. «Es muy importante intentar reducir las poblaciones de las especies que más problemas causan», subrayó Almodóvar, reflejando la preocupación creciente por las repercusiones medioambientales y agrícolas que estos animales pueden tener. Las autoridades han puesto en marcha estrategias para equilibrar el ecosistema, garantizando al mismo tiempo la seguridad y la sostenibilidad del entorno rural.
La gestión adecuada de estas poblaciones no solo responde a intereses medioambientales, sino que también busca proteger la economía local, especialmente en sectores como la agricultura y la ganadería, que pueden verse gravemente afectados por la sobrepoblación de ciertas especies. La caza, regulada con criterios técnicos y sostenibles, se presenta como una herramienta viable para controlar este desajuste ecológico. Mientras tanto, se espera que los cazadores respeten las normativas con responsabilidad, asegurando así un impacto positivo que contribuya al bienestar general del entorno natural.
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