El año 2024 se ha caracterizado por un aumento alarmante en la siniestralidad laboral en Castilla-La Mancha, donde las víctimas mortales se acercaron a los 60. De estas, 19 fallecimientos fueron atribuibles a las condiciones del entorno laboral, 18 a accidentes de tráfico y 20 a patologías no traumáticas como infartos e ictus. La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, reconoce que estas cifras oscurecen una tendencia positiva en la reducción de accidentes laborales, que ha bajado en comparación con el número total de trabajadores. A pesar de esta situación, Franco subraya que no existen más programas en esta área en otras comunidades autónomas que los que ya se implementan en la región.
Franco ha anunciado iniciativas innovadoras para conseguir una mejora en este ámbito, como la creación de un programa de prevención de riesgos laborales en colaboración con entidades sociales y la realización de análisis de siniestralidad por municipio. Además, se trabaja en sensibilizar desde las etapas educativas más tempranas sobre la importancia de la prevención. La oposición, representada por la diputada del PP, Itziar Asenjo, instó al gobierno regional a acelerar la creación de un Instituto de Salud y Seguridad Laboral, citado como esencial para mejorar las estadísticas de siniestralidad, las cuales han mostrado un aumento en las muertes laborales, pasando de 33 en 2023 a 58 en 2024. La crítica se centra en la ejecución insuficiente del presupuesto destinado a estas políticas, que no se utiliza al máximo a pesar del creciente número de accidentes mortales.
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