Las elecciones legislativas en Alemania, celebradas el domingo, han dejado un panorama electoral notablemente fragmentado, con el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) alcanzando su mejor resultado histórico, con un 20,5 por ciento de los votos. Esta cifra ha permitido a la CDU, liderada por Friedrich Merz, obtener un 28,5 por ciento y asegurar la posibilidad de formar un gobierno de coalición, a pesar de que AfD se posiciona como la segunda fuerza política. Los resultados también señalan un descalabro para el Partido Socialdemócrata (SPD) de Olaf Scholz, que ha caído al 16,5 por ciento, lo que implica una pérdida significativa respecto a 2021.
Merz se ha apresurado a afirmar su intención de gobernar «rápido», enfatizando la necesidad de actuar sin demoras. Por su parte, la líder de AfD, Alice Weidel, ya se ha mostrado abierta a forjar alianzas con la CDU para lograr un cambio político en el país. En contraste, Olaf Scholz admitió la derrota de su partido y se comprometió a luchar contra el deterioro democrático, mientras que los Verdes y La Izquierda han expresado su disposición para colaborar, aunque la CDU ha descartado asociaciones con La Izquierda. La ola de cambios en el panorama político alemán se ha visto acentuada por una alta participación ciudadana, situada en un 84 por ciento.
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