El Tribunal de Cuentas de Francia criticó al Museo del Louvre por priorizar proyectos de visibilidad sobre mejoras urgentes en seguridad. Pierre Moscovici, presidente del Tribunal, destacó que el museo no sufre de falta de fondos económicos, sino de una gestión que no enfoca adecuadamente sus recursos. Este llamado de atención surge tras el robo de las joyas de la Corona francesa y resalta la paradoja de que, a pesar de sus abundantes recursos, el Louvre enfrenta una situación financiera frágil a mediano plazo. En respuesta, el museo argumentó que la crítica pasa por alto sus esfuerzos continuos en seguridad y destacó la necesidad de analizar su gestión a largo plazo.
En 2024, el Louvre registró la visita de nueve millones de personas, con una notable presencia internacional que presiona sus envejecidas instalaciones. En los últimos ocho años, ha invertido significativamente en la adquisición de obras, gastando 145 millones de euros. Sin embargo, el Tribunal recomienda modificar la obligación estatutaria de destinar el 20% de los ingresos a adquisiciones, sugiriendo que es prioritario reforzar la seguridad y renovar las instalaciones. Recientemente, el presidente Emmanuel Macron anunció un ambicioso plan de expansión para el museo, cuyo coste ha aumentado un 60%, proponiendo, entre otros cambios, una nueva entrada para aliviar el acceso por la pirámide y una exhibición separada para La Gioconda, plan que aún carece de financiación completa.
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