En un momento cargado de simbolismo y emociones, la líder opositora venezolana María Corina Machado hizo una reaparición pública en Oslo, escapando de meses de clandestinidad en su país natal. Su presencia en la capital noruega se debió a la recogida del Premio Nobel de la Paz, a cargo de su hija, un reconocimiento que emociona a aquellos que claman por la justicia en Venezuela. Desde el balcón del Grand Hotel, Machado agradeció el apoyo de decenas de simpatizantes con quienes entonó el himno nacional venezolano y compartió la emoción de encuentros largamente esperados. La llegada de Machado a Noruega fue confirmada por el presidente del Comité Noruego, aunque no hubo comparecencia ante la prensa, priorizando su reunión con familiares después de años de separación.
En declaraciones difundidas por la cadena pública noruega, Machado catalogó su presencia en Oslo como «un milagro», enfatizando el sacrificio de innumerables compatriotas que arriesgaron sus vidas para hacer posible su viaje. La líder opositora recalcó su determinación de estar donde más pueda aportar a su causa, indicando que su estancia en Noruega es crucial en este momento. Subrayó la emotividad del reencuentro familiar después de una larga separación, remarcando la difícil situación de ser perseguida en Venezuela. Aunque no pudo asistir a la ceremonia de premiación, su hija Ana Corina Sosa fue quien aceptó el galardón, simbolizando la continuidad de su lucha a pesar de las adversidades.
Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.
