La Asociación para el Desarrollo Integral Mancha Júcar-Centro expuso ayer, en el Foro Retos y Oportunidades en Sostenibilidad Local, su modelo asociativo de comunidades energéticas como vía para acelerar la transición en el medio rural. El encuentro, dirigido a técnicos y gestores de entidades locales y organizado por la Consejería de Desarrollo Sostenible y la Federación de Municipios y Provincias de Castilla-La Mancha, abordó tres ejes: sistemas de recogida de residuos complementarios a la vía tradicional, movilidad sostenible y regeneración urbana, y comunidades energéticas municipales.
El gerente del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Mancha Júcar-Centro, Agustín López, detalló una metodología que ya ha permitido constituir ocho comunidades en la comarca —Barrax, Fuensanta, La Gineta, Minaya, Montalvos, La Roda, Villalgordo del Júcar y Villarrobledo— y que suma Tarazona de La Mancha en fase de constitución. Según explicó, el modelo se apoya en la participación ciudadana y en el liderazgo de los ayuntamientos para desplegar generación local y gestión compartida de la energía, con beneficios ambientales, sociales y económicos.
López subrayó, no obstante, que el principal cuello de botella es la cesión de cubiertas municipales para instalar fotovoltaica: “El reto ahora es convertir en realidad las comunidades ya creadas y para eso necesitamos mayor implicación de los ayuntamientos. Tras un año de trabajo, solo Barrax y Villarrobledo han cedido cubiertas; pedimos al resto que aceleren este trámite”. En su intervención, insistió en que el esquema “es viable y replicable”, que requiere agilidad administrativa y seguridad jurídica, y que los Grupos de Desarrollo Rural deben aspirar a ser “desarrolladores integrales” de comunidades energéticas para consolidar el movimiento en las zonas rurales.
El GDR ofrece un acompañamiento 360º desde el inicio: organiza reuniones informativas en cada municipio, redacta estatutos tipo, tramita el registro asociativo y CIF, realiza estudios de cubiertas y solicita formalmente su cesión a los consistorios. El papel de los ayuntamientos —como socios o facilitadores de infraestructuras— es, remarcó, clave para pasar de la fase organizativa a la ejecución de proyectos y al reparto de ahorros entre los miembros.
Para reforzar la coordinación comarcal, Mancha Júcar-Centro ha constituido una Mesa de la Energía, un órgano donde se sientan dos representantes de cada comunidad y que se integrará en la Junta Directiva del propio Grupo. El objetivo es alinear calendarios, compartir contratación y asistencia técnica, y dar una voz común ante administraciones y operadores.
La Mesa sobre Comunidades Energéticas Locales del foro estuvo moderada por Gustavo Ladera (Oficina de Transformación Comunitaria de Toledo) y contó, además de López, con Marta Acosta (Ayuntamiento de Getafe) y Jorge Font (Federación para el Desarrollo de la Sierra y Mancha Conquense). A lo largo de la jornada también intervinieron expertos en economía circular y Agenda 2030, consorcios de residuos, paisajistas, arquitectos municipales y empresas, que debatieron sobre la modernización de la recogida, las estrategias de movilidad baja en emisiones y la implantación de infraestructura verde en los planeamientos locales.
Las comunidades energéticas, recordó el GDR, son entidades sin ánimo de lucro de participación abierta y voluntaria que promueven la generación y gestión local de la energía. Además de reducir huella de carbono y facturas, fortalecen el tejido social al involucrar a vecinos, pymes y administración en un proyecto compartido. “La evidencia es clara: cuando la comunidad se organiza y el ayuntamiento se implica, los proyectos salen adelante y dejan beneficios que se quedan en el territorio”, concluyó López.
Con la presentación en Toledo, Mancha Júcar-Centro busca sumar alianzas municipales y acelerar la cesión de cubiertas para que las comunidades ya constituidas entren en operación. El reto, coinciden los participantes, es convertir el interés creciente en proyectos conectados a red que demuestren, con datos, que la energía comunitaria puede ser uno de los pilares de la sostenibilidad local en Castilla-La Mancha.
