En una noche emocionante en el Camp Nou, el delantero inglés fue el protagonista al anotar los dos goles que dieron la victoria al FC Barcelona frente al Newcastle. La afición local no dudó en mostrar su descontento con fuertes pitidos cada vez que el jugador, objeto de críticas en semanas recientes, tocaba el balón. Sin embargo, su actuación fue crucial para asegurar el triunfo del equipo y, posiblemente, cambiar la percepción del público.
A pesar de la presión y los abucheos constantes, el jugador mostró temple y determinación. Su primer gol, un disparo certero desde el borde del área, rompió el empate en la primera mitad. En el segundo tiempo, selló la victoria con una jugada rápida y precisa que dejó sin opciones al portero rival. El resultado refuerza la posición del Barcelona en la competición y destaca la capacidad del atacante para sobreponerse a la adversidad.
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