En Castilla-La Mancha, alrededor de 2.600 personas de 70 años o más han sido incluidas en un protocolo regional destinado al cribado de la fragilidad. Este programa se ha venido desarrollando durante varios años y busca identificar y abordar de manera precoz la fragilidad en la población anciana, así como prevenir caídas, que son una de las principales causas de morbilidad en este grupo etario. La Dirección General de Cuidados y Calidad del SESCAM ha sido fundamental en la organización de actividades de diagnóstico e intervención que permitan mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
La fragilidad es un fenómeno complejo que implica una disminución en la reserva funcional del organismo, aumentando el riesgo de complicaciones frente a enfermedades menores y situaciones de estrés. Con la inclusión de estas 2.600 personas, la iniciativa refleja el compromiso de la región en garantizar el bienestar de sus ciudadanos mayores, mejorando su salud y autonomía a través de un enfoque integral y preventivo. Los especialistas destacan la importancia de este tipo de programas para hacer frente al envejecimiento poblacional y sus desafíos en el ámbito de la salud pública.
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