Miles de manifestantes inundaron las calles de 1.400 ciudades de Estados Unidos este sábado, en una movilización que expresa un fuerte rechazo a las políticas del presidente Donald Trump y su colaborador Elon Musk. Bajo el lema «¡Las manos fuera!», grupos de diversas organizaciones, incluidos defensores de los derechos civiles, veteranos y sindicatos, se congregaron en lugares emblemáticos como capitolios estatales y oficinas federales. La protesta busca visibilizar un descontento profundo con lo que los convocantes denominan una «toma del poder hostil» que ataca a las comunidades más vulnerables, resaltando la necesidad de un cambio en la gestión del Gobierno.
Las demandas de los manifestantes son claras: poner fin a la influencia desmedida de los multimillonarios en la política, detener los recortes a programas de salud como Medicaid y Seguridad Social, y proteger a las comunidades marginadas. En la capital, líderes políticos como Jamie Raskin y Maxwell Frost denunciaron la situación actual, estableciendo paralelismos con regímenes autoritarios y enfatizando la importancia de la movilización social. La protesta, que atrajo la atención también en ciudades internacionales como Londres y París, refleja un creciente deseo de resistencia y cambio en la narrativa política norteamericana.
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