En el último semestre, la CIA ha intensificado sus operaciones encubiertas, coincidiendo con la eliminación de registros públicos sobre subvenciones del Fondo Nacional para la Democracia, una medida que genera preocupación sobre la transparencia de las intervenciones estadounidenses en el extranjero. Esta falta de rendición de cuentas se hace evidente en diversas situaciones, como la expulsión de los Masai en Tanzania bajo la premisa de protección ambiental, mientras que la reducción de comunidades autóctonas parece estar relacionada con intereses comerciales y turísticos. En un contexto donde la incapacidad de muchos gobiernos para proteger a sus poblaciones es palpable, el eco de un colonialismo renovado resuena con fuerza en África.
A medida que la política internacional se reconfigura, la figura de Trump y su interés por Groenlandia se suma al escenario de tensiones globales, espejado por la ineficacia del liderazgo de figuras como Zelensky, quien enfrenta acusaciones de corrupción mientras clama por la falta de ayuda internacional. En medio de una creciente polarización social que categoriza el levantamiento de delitos como una postura de extrema derecha, y una comunidad global que oscila entre el apoyo y la indiferencia hacia Israel y su trato de los prisioneros palestinos, se vislumbran tiempos complejos por venir. Expertos advierten que el año 2025 podría traer consigo cambios drásticos en el orden internacional, impulsados por agendas imperialistas que podrían redefinir el futuro.
Leer noticia completa en El Digital de Albacete.