En las Cortes autonómicas, un raro acuerdo entre representantes del Gobierno y la oposición surgió ante la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) propuesta por la Unión Europea, un tema que ha despertado preocupaciones profundas. El debate, inicialmente centrado en la incorporación de jóvenes al sector agrario, se convirtió en un llamamiento a la unidad política. Paco Núñez, líder del Partido Popular, instó a los partidos a trabajar juntos para salvaguardar los fondos de la PAC, sugiriendo la creación de un foro de trabajo oficial en el parlamento. Esta iniciativa fue recibida con gratitud por el consejero de Agricultura, Julián Martínez Lizán, quien también abogó por una colaboración que favorezca a agricultores y ganaderos.

No obstante, el consenso inicial no se reflejó en las votaciones. Mientras que el PP proponía un trabajo conjunto y firmeza ante los gobiernos de España y Europa, su moción fue rechazada por el PSOE, que a su vez defendía una resolución para asegurar una PAC fuerte. Ambas partes terminaron votando en contra de las propuestas del otro, con Vox absteniéndose en ambas resoluciones. La escena muestra las dificultades inherentes a traducir buenas intenciones en acciones concretas, subrayando cómo, pese a un enemigo común, las diferencias políticas persisten.

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