La situación política en Valencia se encuentra en el punto de mira tras la gestión de la DANA por parte del presidente Mazón. Con más de doscientos fallecidos y un clamor generalizado por parte de los afectados que piden respuestas, la falta de ayudas y la sensación de abandono persisten. La presión sobre Mazón ha escalado, pero algunos analistas consideran que el foco en su dimisión ignora las responsabilidades compartidas del Gobierno de España y otros actores que intervienen en la crisis. La sensación de inoperancia provoca frustración en los ciudadanos, que han dejado claro su descontento ante la situación.
Paralelamente, Mazón enfrenta una intensa campaña mediática que lo posiciona como el blanco de críticas desproporcionadas, sobre todo desde medios de tendencia izquierdista. Muchos en línea con el PP consideran esta situación como un ataque coordinado para debilitar no solo a Mazón, sino también a líderes como Feijóo, en un esfuerzo por alterar el panorama electoral. En medio de una enrarecida atmósfera, las tensiones políticas se mezclan con la realidad local, donde en otros lugares como Albacete, la política parece desarrollarse de manera más estable, aunque no exenta de críticas hacia la gestión de recursos y la rendición de cuentas.
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