Otelo: Una Tragedia de Celos y Pasiones Desbordadas


El Teatro Real vibró con «Otello», la aclamada ópera de Verdi, dando inicio a la temporada con la continuación de la tempestad romántica que dejó su predecesora, «La Traviata». El coro, de una excelencia invariable, acompañó la llegada del héroe, Otelo, en una puesta en escena que dibujó la tensión de un amor obstaculizado por la envidia y la traición encarnadas en Iago. A pesar de la ausencia de los Reyes de España, muchos rostros conocidos de la política y el entretenimiento desfilaron por el coliseo para vivir una noche llena de emociones intensas, que homenajeó también a Shakespeare en el aniversario 410 de su muerte.

Bajo la dirección de David Alden, el montaje revivió su versión de 2016, con una escenografía estática pero enriquecida por un juego de luces magistral, creando con claroscuros una atmósfera densa que acompaña el drama de Verdi. Otelo, interpretado por Brian Jadgde, evolucionó sobre el escenario junto a un elenco que destacó especialmente en la voz de Asmik Grigorian como Desdémona, quien recibió una ovación unánime. La producción, aunque criticada en algunos aspectos visuales, logró capturar la esencia de la obra, transmitiendo sin restricciones los poderosos cambios emocionales de los personajes. Para quienes no pudieron asistir, el teatro ofreció una retransmisión en directo, permitiendo que el alcance de esta imponente ópera se sintiera en cada rincón posible.

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