Cada verano, con el aumento de las temperaturas en la provincia de Albacete, un equipo de profesionales intensifica su labor para salvaguardar los montes y prevenir incendios. Los peones forestales, técnicos de emergencias y personal especializado no solo apagan fuegos; su trabajo implica una preparación meticulosa y continua. Durante semanas, estos trabajadores realizan entrenamientos que abarcan desde el fortalecimiento físico hasta el aprendizaje de técnicas específicas, como el manejo de herramientas y la interpretación del terreno, asegurándose de estar listos ante cualquier eventualidad.
La logística también juega un papel crucial, ya que el mantenimiento de caminos y cortafuegos es vital para una respuesta rápida ante incendios. Además, el uso de herramientas como la motosierra requiere formación especializada para garantizar la seguridad y eficacia en su manejo. Sin embargo, más allá de la técnica y el equipamiento, el compañerismo se revela como un elemento esencial en el trabajo forestal. La confianza mutua entre los miembros del equipo, forjada a través de experiencias compartidas, es lo que permite enfrentar las adversidades con mayor cohesión, convirtiéndose en una factor crucial en situaciones de alta presión.
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