La primavera de este año en Castilla-La Mancha se caracterizó por un notable aumento de precipitaciones, casi duplicando los valores habituales y posicionándose como el cuarto trimestre más lluvioso desde que hay registros en 1971, con un promedio de 250 litros por metro cuadrado. A pesar de estos datos significativos, las primaveras de 2013 y 2018 superaron las cifras actuales. En marzo, se registró una caída de agua que triplicó la media habitual en localidades como Toledo, Ciudad Real y Guadalajara, siendo el día 18 en Alberca de Záncara, Cuenca, el más destacado con 71,6 litros en una sola jornada.
Las condiciones meteorológicas también impactaron las temperaturas, que fueron más frescas durante el día, con una media de 18,5 grados, mientras que las nocturnas se registraron en 6,9 grados, casi un grado por encima de lo esperado. En total, se contabilizaron 11.646 rayos en la región durante el trimestre, una cifra superada en solo los primeros 22 días de junio con 12.767 rayos. A pesar de la intensa actividad eléctrica y las variaciones de temperatura, el balance general de la primavera se mantuvo dentro de los parámetros normales, un aspecto notable en el contexto del cambio climático actual.
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