El presidente ruso, Vladimir Putin, ha reafirmado su disposición a considerar «cualquier iniciativa de paz» en el conflicto de Ucrania, aunque este mismo lunes comunicó el fin de un alto el fuego unilateral establecido durante las festividades de Pascua. Este alto el fuego, que buscaba evaluar la «sinceridad» de Kiev en el ámbito de posibles negociaciones, se vio truncado tras la negativa inicial del gobierno ucraniano. Putin sugirió que la reacción de Ucrania cambió cuando «alguien más astuto» sugirió que rechazar dicha tregua era una estrategia perdedora para el país, lo que llevó a un cambio de actitud por parte de las autoridades ucranianas.
A pesar de la tregua, Putin señaló que durante este período se contabilizaron alrededor de 5.000 disparos de las defensas ucranianas, principalmente dirigidos a neutralizar drones rusos. También abordó la complejidad de los ataques a infraestructuras civiles, justificando acciones militares recientes en instalaciones que, aunque catalogadas como civiles, él aseguró estaban siendo utilizadas con fines militares. Ejemplificó su argumento con ataques a una universidad en Sumi, donde se había realizado una ceremonia de condecoración de supuestos criminales, y otras instalaciones en Odesa, alegando que los objetivos estaban relacionados con actividades que amenazan la seguridad rusa.
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