En la jornada de la Maestranza de Sevilla, Rubén Pinar enfrentó una suerte adversa que limitó su desempeño en la Feria de Abril. A pesar de que el torero tobarreño intentó dejar su huella, los toros que le tocaron en suerte carecieron de las condiciones necesarias para ofrecer faenas destacadas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron reconocidos por el público, que ovacionó su dedicación al final de cada aparición.
En su primera actuación, Pinar lidió con un toro que, aunque tenía un aspecto atractivo, resultó ser poco colaborador. Pese a las dificultades, el diestro sacó a relucir su técnica y aún logró ejecutar algunos buenos muletazos antes de tener que acortar la faena y despachar al toro con una estocada algo desprendida, lo que le valió otra ovación. Su segundo oponente tampoco aportó muchas oportunidades, pero una vez más, el torero se valió de su experiencia y concluyó con una estocada brillante que fue recompensada con los aplausos del público.
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