El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido en defensa de su esposa Begoña Gómez y su hermano David Sánchez, tras las acusaciones judiciales que pesan sobre ellos. Desde Nueva York, donde participó en la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas, Sánchez declaró a la prensa que confía plenamente en la inocencia de sus familiares, acusados de malversación, prevaricación y tráfico de influencias. Reiteró su esperanza de que, cuando se demuestre dicha inocencia, los medios otorguen igual cobertura que la recibida por las acciones del juez Juan Carlos Peinado, quien anunció un posible juicio con jurado popular para Gómez. Sánchez asegura que confía en que «la verdad acabará imponiéndose» y declinó interpretar las decisiones judiciales, instando a los periodistas a sacar sus propias conclusiones.
En otro frente, Sánchez respondió al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien había ironizado sobre una supuesta candidatura de Sánchez al premio Nobel de la Paz y cuestionado su legitimidad como diputado. Sánchez recordó que en democracia son los ciudadanos quienes eligen a sus representantes a través del voto, no mediante «insultos». Estas declaraciones se produjeron luego de que Feijóo acusara al presidente de ser responsable de un «lodazal» de corrupción y lo criticara por sugerir persecuciones judiciales contra su entorno familiar. El mandatario español, visiblemente decidido, optó por defender a su familia y su posición en el gobierno ante estos desafíos.
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