La paralización de las obras de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) en Tobarra ha intensificado la frustración de una comunidad que enfrenta serias consecuencias medioambientales y de salud pública. Desde la colocación de la primera piedra en marzo de 2023, el proyecto ha estado estancado, generando una acumulación de multas por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura y un deterioro evidente del entorno. La falta de vigilancia ha permitido el vandalismo, afectando una construcción que debía atender las exigencias de la Unión Europea en materia de depuración.
La alcaldesa de Tobarra, Manuela Garrido, ha instado a la Junta de Comunidades a proporcionar información sobre el futuro de esta obra, que implica una inversión de 5 millones de euros y una duración prevista de 25 meses. Con más de 8,000 vecinos sufriendo las repercusiones de la ausencia de la EDAR, Garrido enfatiza la necesidad urgente de retomar el proyecto, que ha estado estancado desde 2018. La comunidad está organizando protestas para hacer presión y lograr que las autoridades atiendan esta crítica cuestión que afecta la calidad de vida local.
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