Tragedia en Albacete: La Vida Arrebatada de un Héroe ante el Terrorismo


La memoria de Emilio García Martínez, un policía nacional asesinado en 1983 por un artefacto explosivo de los GRAPO, fue honrada en un acto celebrado este viernes en Castilla-La Mancha. Nacido en Navas de Jorquera, García Martínez trabajaba en Valencia y dejó a su familia—su esposa e hijos de 17 y 19 años—cuando perdió la vida tras la explosión al encender el motor de su coche. El atentado, que tuvo lugar solo nueve días después de que el vehículo fuera aparcado, dejó una profunda herida en su familia, recordando el impacto del terrorismo en la sociedad. Sus verdugos fueron condenados en 1985 a 29 años de prisión y a una indemnización por su acción.

Durante el homenaje, la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha subrayó el compromiso del Estado con la memoria de las víctimas del terrorismo y recordó que un total de 188 miembros de la Policía Nacional han sido asesinados desde 1968. La delegada se dirigió a las familias de las víctimas, manifestándoles la empatía y el apoyo del Gobierno, resaltando la labor del cuerpo policial como un símbolo de resistencia frente a la violencia. Asimismo, el acto contó con intervenciones que enfatizaron la importancia de mantener la vigilancia contra el terrorismo y honrar la memoria de quienes dieron su vida en el deber de proteger la democracia y las libertades.

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